Esta página hace una remembranza del ideario de destacadas personalidades imbabureñas.
PEDRO MONCAYO
Su palabra hecha para resonar en la Tribuna fluía con naturalidad y limpidez, viva, persuasiva, interesante. Su estatura alta y bien proporcionada, su andar majestuoso y solemne, como quien resguarda su decoro de las acechanzas de la envidia o de la familiaridad. Parecía un gentleman aseguró un cándido admirador, y en ideas fue siempre un americano liberal, “lleno de virtudes cívicas sin esperanza de retribuciones ni asomo de quebranto”.
(Ibarra, 1937-1992)
PEDRO MONCAYO
Su palabra hecha para resonar en la Tribuna fluía con naturalidad y limpidez, viva, persuasiva, interesante. Su estatura alta y bien proporcionada, su andar majestuoso y solemne, como quien resguarda su decoro de las acechanzas de la envidia o de la familiaridad. Parecía un gentleman aseguró un cándido admirador, y en ideas fue siempre un americano liberal, “lleno de virtudes cívicas sin esperanza de retribuciones ni asomo de quebranto”.
CASA DE PEDRO MONCAYO
(Ibarra, 1937-1992)
Ensayista, crítico literario, sociólogo y catedrático universitario. Autor de Entre la ira y la esperanza, texto polémico, en el que, desde la perspectiva marxista, revisa y cuestiona ciertos momentos de la cultura nacional. En 1991 el gobierno le otorgó el Premio Nacional "Eugenio Espejo" en reconocimiento a la totalidad de su obra. El novelista Fernando Tinajero, expresa: (...) alguien podría distinguir en la obra de Agustín una vertiente sociológica, otra de carácter político y una tercera de crítica literaria -sin descartar que alguien más pueda hablar todavía del Cueva historiador, mencionándolo acaso entre aquellos que han dado rigor científico a las tareas de la historia que se desarrollan entre nosotros."
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.. los grandes medios de comunicación colectiva presentan como ‘moderno’ y anclado en el ‘presente’ absoluto, todo pensamiento favorable a la ‘libre’ acumulación de capital en escala internacional, por mucho que ello lleve no sólo a la acentuación de las desigualdades dentro de cada país, sino también, al reforzamiento de los ‘eslabones fuertes’ del sistema y el enflaquecimiento de los débiles; en cambio, es condenada como ‘arcaica’ y ajena a toda ‘modernidad’ cualquier idea, actitud o programa que reclamen una mejor distribución de la riqueza y el poder, nacional y mundial. (América Latina en la frontera ... 131)
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